Luis Gómez nace en Huelva en 1966.
Su infancia, a medio camino entre la ciudad y su amada aldea, El Rompido, fue el ambiente definitivo para anclar su arte polifacético, y pronto empieza a usar la palabra, la témpera y la acuarela, ya de mayor el óleo. En 1978 gana el certamen regional de poesía infantil de Andalucía, momento en que deja de escribir. De abuelo militar, con 17 años se alista en el ejército, quizás como su forma de emanciparse. Es ahí, donde tocado por el amor que marcó su vida, escribe “Cartas a Mercedes” retomando su vocación por las letras, en todo caso, sin delatar su oficio como hacedor propiamente.
Al paso de tres años se licencia y comienza un paréntesis bohemio aplicándolo de manera sistemática a su propia vida: vivir con la curiosidad atenta, con un hambre desmedido, vivir por y para aprender de todo y de todos, viajar hasta donde sus pies le llevaran, destacando su etapa en Holanda, Amsterdam, donde tantas veces se sentó bajo el obelisco de la Plaza Dam. Diez años por las calles apreciando todo lo que nos ofrece el teatro de la vida, donde casi siempre nos sumimos sin percibir todo lo que autores como él nos dejan entrever para no ser víctimas de la ceguera después de tanto toque social.
Llega a Barcelona donde trabaja como delegado de ventas de una filial de Planeta, hasta que en 1998 sufre un accidente y pierde la voz. Y así, por imposición del tiempo y la circunstancia, toma su testigo de la mano de la poesía:
“Es cuando todo se vuelve invisible, que no veo más allá de mí mismo, y dentro, algo de inconstante monotonía ruge.”
El Autismo como realidad del autor y como un encontrarse después de la búsqueda por la palabra simple y bella que componga el verso, lo lleva a forzar la metáfora en el verso libre, el fonema que detalle luz y sentimiento vivo en quien lo pronuncie. Por otro lado en sus rimas, el lector no encontrará métrica alguna y Luis Gómez, sin embargo, da el sentido que él mismo concibe para expresar la musicalidad y el ritmo espontáneos y su natural tesón al amor por la vida. Un tanto pragmático, elegía de su propia muerte, Luis, tiene esa pizca de poeta maldito, y retirado de las normas, juega a forzar el ritmo, a romperlo, recuperarlo y volverlo a forzar, a invadir siempre con la palabra que se deja, escondiendo mensajes para que el lector tome parte activa.
[..yo busco todo lo que hace metáforas a la tierra..]
Enamorado de su soledad, del Sur, de las calles, los patios del Sur, del mar y la cumbre.
“La poesía nació porque alguien jugó con la palabra y se le fue de las manos"
Su obra abarca 21 poemarios de los que tiene 9 publicados:
- Silencios de sal (2002)
- Olivo y retórica (un trabajo conjunto con la poeta argentina Erika Madrid, 2008)
- Poesía En La Boca (incluye un cd de todo el poemario recitado por Carmen Serrano, 2009)
- Mano a mano (trabajo conjunto con el poeta valenciano Fernando Tornero, 2009)
- Segunda antología; libertad bajo rima (2010)
- Veneno en la licencia (2011)
- 34 de bolsillo (2011)
- Frente al minuto (2012)
- Desde un balcón a la calle (2015)